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El bienestar de niñas y niños de los países más ricos empeoró tras la pandemia

El informe de UNICEF Report Card 19: El bienestar de la infancia en un mundo impredecible compara datos de 2018 y 2022 y refleja la repercusión que ha tenido la pandemia de COVID-19 y la interrupción de la actividad en todo el mundo sobre los niños y niñas de 43 países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y la Unión Europea (UE).

© UNICEF/UN0806134/Karacan


En muchos de los países más ricos del mundo, el rendimiento escolar, el bienestar mental y la salud física de la infancia se han deteriorado considerablemente desde la pandemia de COVID-19, según este estudio.

Desde la publicación del último informe comparable, el Report Card 16 de hace cinco años, los Países Bajos y Dinamarca se han mantenido en los primeros puestos de la lista de los mejores países para la infancia en términos de bienestar mental, salud física y competencias, seguidos de Francia. España se sitúa en el séptimo puesto de 36*.

Informe (en inglés)

Algunos de los principales hallazgos de este informe se podrían resumir con estas cifras:

Educación

En numerosos países se ha producido una acusada pérdida de habilidades académicas tras la pandemia, especialmente de competencias básicas como la lectura y las matemáticas. El cierre de las escuelas durante periodos que oscilaron entre los tres y los 12 meses obligó a muchos niños y niñas a seguir las clases a distancia y provocó pérdidas en su aprendizaje. 

Según el informe, se calcula que el retraso de algunos de estos niños con respecto al nivel académico que deberían tener es, de media, de siete meses a un año. El retroceso fue más pronunciado en el caso de los niños y niñas de familias desfavorecidas. En España, la comprensión lectora y matemática empeoró entre 2018 y 2022, pasando del 70% al 59% de adolescentes con las competencias básicas, como por ejemplo comprender un prospecto. 

Se estima que en los 43 países que aparecen en el informe 8 millones de jóvenes de 15 años –en torno a la mitad de los que conforman ese grupo de edad– no saben leer ni escribir ni hacer operaciones aritméticas. Esto significa que no entienden un texto sencillo. Las cifras representan un aumento del 4% desde 2018, y Bulgaria, Chipre, Colombia, Costa Rica y México presentan los porcentajes más altos.

Salud mental y física

El informe también presenta datos preocupantes en relación con la salud mental y señala que el nivel de satisfacción vital de los niños y las niñas se ha resentido en este periodo, especialmente en 14 de los 32 países que disponen de datos. Solo en Japón se observó una mejora notable en este ámbito. En España ese nivel ha descendido ligeramente, del 80% al 76%, lo que sitúa a nuestro país en el puesto 10 de la tabla. Practicar deporte y tener una buena relación con padres y cuidadores se relaciona directamente con una alta satisfacción vital, mientras que haber sufrido acoso escolar o hacer un uso excesivo de las redes sociales se relaciona con una baja satisfacción vital.

El estudio también analiza datos sobre la salud física de la infancia, e indica que los niveles de sobrepeso han aumentado considerablemente en 14 de los 43 países con datos disponibles, siguiendo con una tendencia que viene de tiempo atrás. Si bien España presenta datos muy similares a los de 2018, en este ámbito se encuentra en el puesto 32, con 3 de cada 10 niños con sobrepeso. Países como Francia y Portugal, con dietas similares, se encuentran en el puesto 2 (17% de sobrepeso infantil) y 7 (21%). 

En general, según el informe, es posible que los países de ingreso alto tengan dificultades para ofrecer a los niños y niñas las condiciones idóneas para vivir una buena infancia y un futuro prometedor. El documento advierte que los avances en materia de bienestar infantil, que con tanto esfuerzo se han logrado en los países ricos, son cada vez más frágiles ante los acontecimientos y crisis mundiales, como el cambio climático.

El informe también ofrece recomendaciones para los gobiernos y tomadores de decisiones:

  • Apoyar el desarrollo de competencias, las políticas educativas deben priorizar que los estudiantes adquieren las competencias educativas fundamentales, también se debe apoyar el desarrollo de las competencias digitales para garantizar un uso seguro. Todo ello, especialmente dirigido a quienes quedaron atrás durante la pandemia y los que proceden de entornos desfavorecidos.
  • Mejorar la salud mental mediante su promoción y prevención, la inversión y prestación de servicios especializados y accesibles, la provisión de herramientas para la gestión emocional y reducción del estigma, y la lucha contra la violencia y el acoso escolar, tanto online como en la vida real.
  • Mejorar la salud física garantizando una alimentación nutritiva y accesible para los niños y niñas y limitando la venta y la publicidad de alimentos no saludables y promoviendo acceso a actividades deportivas.
  • Implicar a los niños y niñas para entender mejor sus experiencias y puntos de vista, y trabajar conjuntamente para encontrar soluciones que promuevan su bienestar.

A raíz de la pandemia, los datos sugieren un panorama preocupante para el bienestar infantil, especialmente de aquellos que provienen de entornos desfavorecidos.

Informe (en inglés)

*Debido a la falta de disponibilidad de datos de satisfacción vital, Chipre y Luxemburgo no fueron incluidos en esta tabla clasificatoria; tampoco aparecen Australia, Bélgica, Israel, Noruega y Estados Unidos debido a la falta de datos o a la falta de datos comparables en el componente de satisfacción vital.


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