
Boa Sr., la última hablante de una de las lenguas granandamanesas. Murió en enero de 2010.
© Alok Das/Survival
Los granandamaneses son un pequeño grupo de poco más de 50 supervivientes, de los más de 5.000 que sumaban cuando los británicos colonizaron las islas en la década de 1850. Sufren los impactos a largo plazo de las enfermedades introducidas por aquella brutal ocupación: la tuberculosis y el alcoholismo están muy extendidos entre su población, y eso les hace especialmente vulnerables a la Covid-19. En abril de este año Licho, la última hablante de la lengua granandamanesa “sare”, murió tras padecer durante años múltiples problemas de salud, incluida una tuberculosis crónica.

Licho era la última hablante de la lengua granandamanesa sare.
© Anvita Abbi
Las autoridades de las Andamán han tratado de proteger a la tribu restringiendo el movimiento en la carretera ilegal que atraviesa su territorio e informándoles de los peligros del coronavirus. Sin embargo, la salud de los jarawas sigue peligrando porque el personal de asuntos sociales no ha sido debidamente puesto en cuarentena y porque los cazadores furtivos entran en su bosque para robar los animales de los que dependen para sobrevivir.
Los jarawas son una tribu nómada cazadora-recolectora que solo ha tenido contacto amistoso con los colonos vecinos a su territorio desde 1998. Debido a su aislamiento, a un contacto relativamente reciente y al impacto de dos epidemias de sarampión, es probable también que estén especialmente en riesgo por el virus.
Los sentineleses no contactados (el pueblo indígena más aislado del mundo) son sumamente vulnerables a las enfermedades de los foráneos, pero durante una pandemia mundial el riesgo de un contagio devastador es aún mayor. Sin un control adecuado de las aguas que rodean su isla, corren un grave peligro de entrar en contacto con los cazadores furtivos que pescan y bucean ilegalmente

Tras el tsunami de 2004, este miembro de la tribu de los sentineleses fue fotografiado disparando flechas a un helicóptero.
© Indian Coastguard/Survival
La Covid-19 ya ha golpeado duramente a los pueblos indígenas de Brasil y Perú, incluidas tribus amazónicas aisladas como el recientemente contactado pueblo arara de Cachoeira Seca (Cascada Seca). Se teme por la seguridad de las tribus no contactadas de la región, incluido un grupo de 10 indígenas no contactados que entraron en una comunidad indígena en la región amazónica occidental de Brasil a principios de este mes.